Por NORBERTO MONTERO
Hace aproximadamente dos décadas, la Semana Santa era una temporada de recogimiento, donde los creyentes se cohibían de hacer cosas normales en otro tiempo.
Recuerdo que en municipios, tanto de la provincia San Juan como de Elías Piña, República Dominicana, lugares donde pasé mi infancia, adolescencia y parte de la juventud, se decía que las personas no se podían bañar en el río el Viernes Santo, debido a que se convertirían en peces.
De igual modo, después de las 12 del mediodía del jueves y hasta el viernes a las 12 de la noche no se podía majar nada en pilones, porque de hacerlo estaba moliendo la cabeza a Jesús.
Tampoco se podía salir a buscar leña en el campo, cortar nada ni labrar la tierra, por lo que se preparaba todo antes del jueves a las 12:00 del día, para que a partir de ahí sólo fuera necesario preparar los alimentos, haciendo el menor ruido posible y sin la necesidad de majar o cortar.
La música alta estaba prohibida desde el jueves a las 12:00 del día, permaneciendo el silencio hasta las 12:00 de la noche del viernes, período en el que no se podía hablar alto ni mencionar al Diablo, debido a que este estaba al acecho de los humanos y no podía ser controlado por Dios.
Uno de los mitos más famosos era que se no podía tener relaciones sexuales el día del Viernes Santo, ya que la pareja se podía quedar pegada.
Semana Santa también es una temporada rica en tradiciones, aunque algunas se hayan perdido al día de hoy. Más adelante hablaremos un poco de ellas.
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