DIARIO ORIENTAL, SANTO DOMINGO.- Con dos manchas de pintura, así está la casa de Sandra Penson, quien el pasado lunes vio al presidente Luis Abinader dar el primer brochazo en la pared frontal de su vivienda, en el sector capitalino 27 de Febrero.
Emocionada por lo que según dijo solo le va a pasar una vez en la vida, Sandra contó a Listín Diario que con una semana de antelación le comunicaron que el mandatario pintaría su casa como parte del proyecto “Pinta tu barrio”, pero no fue hasta que llegó el día cuando lo dio por cierto.
“!Oh!, ningún presidente había venido aquí. Yo me siento muy feliz, uno se siente bien”, expresó.
No obstante, después de finalizada la actividad, apagados los equipos y recogida toda la utilería, fue precisamente la casa que comenzó a pintar Abinader, la de Sandra, la única en toda la calle 11 que falta por terminar.
“Ellos(refiriéndose al equipo de logística) me dijeron que iban a volver”, manifestó Pensón, de 56 años, que además dijo “si sobra un poco de pintura” , también le gustaría pintaran su hogar por dentro.
Entre tonalidades, pasteles color azul, rosado y verde, que fueron escogidos para remozar las fachadas de las viviendas en el 27 de Febrero, la pared a “medio terminar” o “medio comenzar” de Sandra interrumpe la visual de una comunidad con rostro renovado y pintoresco, como busca la iniciativa gubernamental.
Algo más que pintura
Aunque la residencia en la que ahora vive junto a su hija y dos nietos se ha revestido de fama entre los comunitarios, a raíz de las imágenes y videos de la actividad que han circulado por los medios de comunicación que dieron cobertura al acto, detrás de la pared que aún espera por pintura hay una historia de más de cinco décadas de sacrificio y unión familiar.
Los muros de concreto y ventanas temporales de zinc que resguardan a la familia Pensón son las mismas que hace más de 56 años levantaron sus padres con pedazos de tabla.
Sandra recordó que luego del impacto de varios fenómenos atmosféricos se dañó parte de la estructura de madera, por luego de la muerte de sus progenitores, ella, junto a sus dos hijos, hicieron esfuerzos para fortificar su hogar.
“Por lo menos ya no nos mojamos. Mi otro hijo consiguió que nos ayudaran con planchas de zinc y le cambiamos el techo. Oye, esto antes se llenaba de agua”, señaló.
Por otro lado, para esta familia que la pandemia le ha arrebatado sus medios laborales, una yaniquequería y trabajos de limpieza en casas, la ayuda estatal a través de la tarjeta “Supérate” es el único ingreso que ven mensualmente.
Con los 1,600 pesos que le proporciona el gobierno le ayuda a alimentase ella, su hija y sus nietos, de uno y ocho años; este último, corretea todo el día en la casa debido a que quedó fuera del corriente año escolar, por falta de cupo en la Escuela Don Bosco.
“”Pinta tu Barrio”
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