DIARIO ORIENTAL, SANTO DOMINGO.- El analista de opinión y especialista en tecnología de la información, Pavel De Camps, afirmó que la implementación de la nueva cédula de identidad y electoral representa un avance histórico para la República Dominicana, con potencial para colocar al país entre las naciones con los sistemas de identificación más seguros del mundo.
De Camps destacó que la medida responde a una necesidad urgente de blindar la identidad de los ciudadanos frente a la amenaza de suplantación, un problema que dijo tiene implicaciones directas en la seguridad nacional, especialmente por la situación migratoria en la región.
“Nuestra doble identidad electoral tiene que tener mayores niveles de seguridad y más poder. Es muy peligroso para una nación no proteger la identidad de cada dominicano. La inversión que se hará es cuantiosa, pero absolutamente necesaria”, afirmó el experto.
De Camps explicó que la nueva cédula incorporará tecnologías comparables a las empleadas en países líderes en digitalización, como Estonia, donde el voto se realiza de forma completamente electrónica desde casa. Aunque el proyecto dominicano no contempla de inmediato un sistema de votación 100% online, las mejoras previstas en el chip y en la autenticación digital colocan al país en una posición privilegiada.
Según su análisis, la República Dominicana podría alcanzar el puesto 11 o 12 a nivel mundial en materia de documentos de identidad seguros, y el segundo lugar en América, solo detrás de Uruguay. “Si se implementan todas las tecnologías previstas, podríamos llegar incluso al octavo lugar global”, subrayó.
La propuesta de renovación de la cédula, impulsada por la Junta Central Electoral (JCE), se enmarca en un contexto internacional donde la identidad digital se ha convertido en pieza clave para la gobernanza, el comercio electrónico y la protección de derechos ciudadanos.
Con estas innovaciones, el país busca no solo modernizar su sistema electoral y de identificación, sino también alinearse con estándares internacionales que fortalezcan la confianza en las instituciones y en los procesos democráticos.